Una charla con Rob Nixon

Fuente una charla con Rob Nixon

Por Salvatore De Rosa, Felipe Milanez y Gustavo García López

Durante el Festival de cine Cuentos del Planeta Tierra que se celebró en Estocolmo en abril de 2014, tuvimos la posibilidad de compartir un café y conversar sobre todo un poco con el profesor Rob Nixon, Rob Nixon, autor del aclamado libro ‘Slow Violence and the Environmentalism of the Poor [«La lenta violencia y el Ecologismo de los Pobres ‘.]. A continuación lo que charlamos.

En abril 9 a 12, 2014, el Festival de Cine Cuentos del Planeta Tierra que se celebró en Estocolmo, organizado por el Profesor Marco Armiero de KTH Environmental Humanities Laboratory, en cooperación con ENTITLE y el Center for Culture, History, and Environment de la Universidad de Wisconsin-Madison.

Felipe: :¿Cómo fue que tu experiencia en Sudáfrica le dió forma a tu trabajo?

:Rob:: Yo estaba en el movimiento anti-apartheid, y salí del país como exiliado político para evitar ser reclutado forzosamente. Como un niño blanco que salía de la escuela, tenía que ir al ejército durante dos años. Por lo tanto, después de la universidad, me fui. Mis recuerdos de la vida en ese entonces son de un constante estado de emergencia. A finales de 1980, el gobierno de Sudáfrica introdujo una ley para prohibir el uso de cámaras, dijeron: «Las cámaras son un instrumento insurreccional». En otras palabras, para la mirada de ellos las cámaras era una fuente de sublevación. Su lógica era que los negros no estaban oprimidos; que las cámaras por ahí para desencadenarían respuestas y protestas. Esto es muy familiar en el siglo XXI. Hoy, ves todos estos esfuerzos por parte del Estado para controlar el imaginario por bloquear ciertos tipos de imágenes y cierto tipo de historias. Sobre todo en Estados Unidos, esta es justificado con el terrorismo e incluso el eco-terrorismo.

Las luchas en la Justicia ambiental son otro elemento importante de mi formación. Crecí con una aversión fundamental de los esquemas coloniales conservacionistas. Ya sabes, la conservación en el viejo estilo, la idea de que la conservación es acerca de los animales, y su historia en Sudáfrica, como en los EE.UU. y gente en otros lugares, la invisibilidad de los desplazados. Las personas fueron desplazadas a fin de crear, de reinventar a la naturaleza. Me di cuenta de esto cuando me interesé por las represas hidroeléctricas. Hubo una represa llamada Kariba Dam en Zimbabwe, que fue una de las mayores represas en África en ese momento. Se inundó un valle para construirla, y como África es muy rica en vida silvestre, las jirafas se hundían en el agua. Los monos que se colgaban de los árboles estaban bajando hacía la inundación, junto con los antílopes y leones. Y de repente se podía ver a todos estos conservacionistas vistiendo kaki, conservacionistas, saliendo en botes para rescatarlos. Se la llamó «Operación Noé». Esto se mostró en las escuelas y se presentó como un acto de humanismo, los sentimientos de estas personas por los animales, frente a la represa hidroeléctrica.

Lo que nunca fue parte de la historia eran todas las personas que fueron desplazadas, forzosamente removidas, llevada en camiones hacía un paisaje lejano, y, básicamente, condenados a sufrir desnutrición. La historia oficial era sólo de seres humanos en particular, los colonos blancos, y los animales. Más tarde me di cuenta de que estaba esta otra historia, esta otra comunidad. Y así, esta idea de los refugiados del desarrollo comenzó a crecer en mí. Las élites estaban diciendo, somos modernos ahora, tenemos la mega-represa, mirennos a nosotros, y somos humanos, porque estamos cuidando de los animales. La otra historia es que las personas desplazadas no sólo se mudaban, sino que también estaban obligadas a vivir en un ecosistema diferente. Eran gente del río y luego fueron trasladados a la sabana seca. Así que claramente hay un problema allí.

En el siglo 19 un poeta británico llamado John Clare escribió sobre los cercamientos. Él era una especie de campesino, y escribió acerca de las personas obligadas a abandonar la tierra. Una de las cosas que escribió fue «Fuí llevado fuera de mi conocimiento», y eso es exactamente lo que estas personas sufren. No es sólo una cuestión de recursos, sino el hecho de que la gente ha desarrollado una cultura de adaptación que está mal adaptada a los diferentes ecosistemas. Creo que esto es una gran parte de esa historia, a menudo hecha invisible.

Felipe: ¿Cómo fue tu relación con tu supervisor Edward Said? ¿Qué aprendiste con él?

Rob: Aprendí mucho de él. Por ejemplo, hablando de películas, sobre los múltiple, versátiles, cortos versus películas largas. Él alentaba la corta intervención rápida y él era consciente del valor de la versión larga, lenta, con notas al pie. Ambas tienen un lugar en la maquinaria de la oposición, no es como si tuvieras que elegir una u otra.

La década de los 80 fueron un momento en el que una gran cantidad de personas en los EE.UU. estaban mirándose muy hacia adentro teóricamente. Las personas estaban hablando entre sí en círculos muy pequeños, y creo que lo que me gustaba de él era que él estaba hablando hacia el exterior. Él era muy bueno para ajustar su estilo para diferentes audiencias, para tener una idea de lo que el público pudiera recibir desde una radio, la prensa o la televisión. Siempre estaba en el teléfono hablando en lenguaje público y luego escribía con la otra mano un largo mail. Podía ver las múltiples personalidades y las diferentes velocidades de su entrega.
Por otro lado era muy importante para mí era ver los ecos entre Sudáfrica y Palestina: el desplazamiento, la fragmentación de la tierra en unidades no viables. Y las formas en que la batalla por los recursos creados por la violencia y la desesperación, que luego se utilizaba como una acusación contra las personas como seres humanos inferiores. Debido a que están desesperados. Y así, la forma en que el sistema se replica en diferentes geografías – no es que las dos sociedades son idénticas sino que ves prácticas similares que viajan de un lugar a otro.

Felipe:

Cuando te fuiste de tu país, ¿cómo lo comparaste y lo vinculaste con lo que estaba pasando en África o en otros lugares?

Rob: Cuando vienes con un trasfondo político, estás obsesionado con esa lucha. Ese es el latido de tu corazón. Entonces te das cuenta de que no es sólo una lucha, sino que hay otras personas que se enfrentan a un conjunto similar de obstáculos y manipulaciones. Y que también han experimentado solidaridades similares. Empezás leyendo la literatura y te relacionas con otras historias. Digo, la historia está incompleta si no la comparás. Y la comparación es un estímulo para la gente.

Salvatore: Es como que uno puede encontrar las mismas fuerzas estructurales de los conflictos residuales, la construcción de represas, la deforestación, etc., y que llegás a un punto en que te das cuenta de que estás luchando contra un modo de pensar.

Rob: Por supuesto. La mayoría de las veces la conexión es la modernización: ir «hacia adelante» a cualquier costo con más tecnología. Incluso cuando en realidad es un paso atrás en términos de salud pública o en términos de los derechos civiles. Creo que la pregunta es acerca de la memoria, y la forma en que el neoliberalismo ha estado dando vueltas durante mucho tiempo. Muchas personas no recuerdan el tiempo anterior. Así que parte de la función de los estudiosos es recordarle a la gente las alternativas del pasado y en diferentes lugares. Y explicar que hay formas en las que la mentalidad neoliberal se vuelve tan metida dentro de la gente que piensa que eso es lo normal. Bueno, esa no esa no es la manera normal, es como es sólo porque nos han aclimatado a esta emergencia y vamos a cuidarnos de ella. Mucha gente simplemente retrocede hasta los movimientos civiles. Debido a que las leyes están desalentándolos a ser ciudadanos activos.

La diferencia entre lo ciudadano y lo no ciudadano está dado vuelta, ya que si las leyes son no ciudadanas entonces, ¿quién es el ciudadano? Y creo que aquí es donde los bienes comunes son tan importantes. No sólo para el movimiento ambiental sino en términos de la construcción de un puente entre el medio ambiente y lo que significa ser un ciudadano. La idea del bien público, estando el Estado en una situación lateral, en lugar de tratar de erosionar a este espacio, erosionar la participación, la distribución del acceso a los medios de supervivencia.

Salvatore: ¿Cómo ves en este sentido el papel de la ecología política como una disciplina, fomentando este proceso de realización de los puentes?

Rob: Creo que la Ecología Política ha sido muy productiva, ya que ha llevado a los humanos hacía el paisaje, sin quitar a los no-humanos. Y lo más difícil es mantenerlos juntos en la imagen. Crecí con mucho cinismo hacia el ecologismo en África. La gente lo llamaba racismo verde, imperialismo verde, y tenían razón. Porque esa era la forma en que se trabajó. Debido a que era gente en Ginebra, en Londres y Washington decidiendo, para poner la cara de un animal allí y decir que esto es lo que significa ser un ambientalista. Y porque África estaba lleno de animales, muchas personas son ambientalistas con el fin de salvar a los animales.

Tuvimos la desgracia de tener un montón de megafauna, porque las personas locales sintieron que había barreras para las que no fueron consultadas. Como resultado, hubo una percepción generalizada de que los valores de la gente en relación con el medio ambiente no eran lo suficientemente ambiental, porque no venían de Ginebra. Pero ahora, creo que todo el mundo cada vez más personas están diciendo que el medio ambiente es una cosa muy grande, y tienen una historia – como en el caso de los inuit – para ver el cambio climático culturalmente, mucho antes que los científicos lo vieran como algo científico. Hay lugares donde no se puede vivir sin tener una cultura del clima, y que es una forma indígena de ecologismo que también puede ser articulado. Creo que la Ecología Política ha estado muy comprometida con la promoción de este tipo de discusiones.

Gustavo: ¿Cuáles dirías que son algunos de los pensadores más influyentes que se diseñan a partir de la construcción de la idea de la Violencia lenta?

Rob:Rachel Carson fue una. Cuando se habla de «la muerte por vía indirecta». Creo que probablemente la violencia estructural de Johan Galtung, y leer acerca de la pobreza como la violencia estructural. Y entonces mi esfuerzo en tratar de pensar la diferencia con el siglo XXI. En primer lugar, quería que la idea del cambio, del movimiento, del cambio a diferentes velocidades, por lo que se puede contrastar las velocidades. Los eventos de alta velocidad son los que obtienen la mayor parte de la atención. También gracias a la revolución digital. Para gente como nosotros que tenemos acceso a la cultura digital, sabemos que nuestros cerebros funcionan de manera diferente, con diferente presión, tenemos diferentes monedas para el teatro, el espectáculo, diferentes expectativas tal vez.

Yo también estuve influenciado por Ramachandra Guha, el historiador de la India, no tanto por el concepto de violencia lenta, sino para presentar una genealogía alternativa al ambientalismo. Él decía, si nos fijamos en la historia de la India tuvimos todos estos movimientos, que no necesitamos a EE.UU. para inventarlos y exportar ecologismo. En todas parres, hay historias donde las personas reconocen que la seguridad de la subsistencia estaba amenazada y que tenían que hacer algo al respecto o morir.

Con la Violencia lenta, lo que quería eran palabras que eran simples y poderosas. A veces tenés neologismos pero cada vez que se usan, hay que explicar lo que significan. Así que pensé lento y violento son palabras muy simples y es bastante fácil de entender lo que eso significa para alguien que no tiene educación superior. A diferencia de la extraterritorialidad por ejemplo, o algunas otras palabras. No estoy diciendo que todos estos conceptos que utilizamos deben ser transparentes, pero creo que ayudan a concentrar mi pensamiento en torno a algo simple, que pueda comunicarse tanto en un contexto académico como en un contexto activista.

Gustavo: Mencionaste tu experiencia en la Universidad de Columbia, y luego pasaste a Wisconsin. ¿Cómo ves al mundo académico norteamericano, ¿cómo lo experimentás?

Rob: Tengo una situación paradójica, crecí blanco, así que tuve un background privilegiado. Pero también era la primera generación en ir a la universidad. Así que había una contradicción, y muchas veces creo la energía viene a través de las contradicciones. No había nadie que tuviera un título universitario en mi familia y yo obtuve un doctorado en Columbia, es una gran diferencia. Al mismo tiempo, si yo fuera negro era una entre un millón las posibilidades de que hubiera ido a parar allí. Reconozco a esta tensión.

En relación con el mundo académico, las últimas universidades se crearon con la idea de que debían estar al servicio del Estado. Incluso las personas que no van a la universidad querían abrirlas para que los futuros hijos del Estado fueran a la universidad, así que había un fuerte énfasis en una movilidad ascendente. Ahora, con la neoliberalización de la educación, el Estado en lugar de gastar el 75% está gastando el 12%. Y el riesgo proviene de las donaciones, fondos de investigación federales, poniendo una cuota para los estudiante, es como en Chile y en todas partes, los estudiantes están protestando por la carga de la deuda. Debido a que se ha cortado esta idea del bien público en nuestra educación, por lo que siempre se lo trata como de personas privadas. Esto también se trata de bienes comunes. ¿Existe la universidad para la sociedad? ¿O es una carrera individual? Esta es la gran tensión en las universidades de Estados Unidos y casi en todas partes ahora.

Una diferencia con otros sistemas, especialmente en el mundo de habla inglesa, es la cuantificación, las métricas, para obtener la revisión de tus ensayos por pares ??y acumular puntos. Tengo una amiga, una historiadora del medio ambiente de Sudáfrica, que estaba dando una charla muy interesante recientemente, y le dije, esto es, obviamente, un libro, estoy muy entusiasmado con el libro. Y ella dijo que no, que no puedo darse el lujo de escribir un libro, porque las disciplinas estándar establecen la agenda, y su método es la obtención de puntos de investigación para ensayos revisados ??por pares, pero no para un libro. En los EE.UU. sigue siendo todo lo contrario, un libro es más importante que cinco papers.

Con este otro sistema hay mucha presión sobre la gente para producir constantemente ensayos revisados por los pares. Pero si nos fijamos en algunos de los libros más interesantes, algunas personas están en silencio durante cuatro, cinco años, aunque pensando y escribiendo en privado, y, a menudo relacionado con las luchas de la comunidad y así sucesivamente, y luego salen con algo que tiene la ventaja del pensamiento lento. Creo que la mecanización y la métrica impulsada naturalmente por la educación superior es de nuevo un ataque a la idea del intelectual público, del pensamiento lento, de la deliberación. Creo que mantener vivas esas tradiciones, que están bajo presión, es una tarea muy importante para nosotros. Y es ahí cuando la lección de Said vuelve a mí, continúa una sensación de un legado de activismo que existía cuando tenía su beca.

Felipe:¿Qué conecta a todos los movimientos hoy, la justicia ambiental y otros movimientos, son revolucionarios o NIMBYS[No en mi patio] ?

Rob: Creo que hay una manera en la que algunos de estos movimientos se conectan, que es más fácil hacer las conexiones. Hablo mucho sobre el papel de los imaginarios y las historias para ayudar a las personas a reconocerse unos a otros a través de las fronteras. Es bueno recordar que hay tantos capitalismos, e incluso no estamos hablando de derrocar al Estado, si estamos hablando de ideas alternativas de ciudadanía, de distribución de los recursos, hay tantos modelos.

La gente está diciendo que esta gran divergencia es insostenible. Si nos fijamos en ‘Planet of Slums, de Mike Davis’ en ‘ ciudades miseria, o en una novela como Animal’s People [Pueblo de animales] de Indra Sinha sobre el desastre de Bhopal, ambos extremos con la «gente del apocalipsis», diciendo: «Se pueden construir muros cada vez más altos, pero si tirás más y más gente hacía el otro lado de la pared, con el tiempo van a tirar la pared abajo. «Creo que ahora se pueden encontrar estas zonas de exclusión cada vez más y más grandes.

Hay un ejemplo muy interesante en Lagos, una ciudad de 21 millones de personas con enormes favelas. Por un lado hay un tipo que está tratando de construir paneles solares en las favelas. Y por otra parte se está obteniendo un nuevo desarrollo que es una isla planeada, lejos de la ciudad, llamada Eko Atlantic.. Va a ser una ciudad verde para que los millonarios vuelen desde Londres, que está offshore, literalmente, en alta mar, pero que se la anuncia como ecológica. Las personas van y vienen en helicópteros. La favela no es verde, pero la isla está fabricada. Es casi como una fantasía, un ser mitológico, y el arquitecto y los diseñadores están hablando de algo verde todo el tiempo. Pero es una segregación completa de los ultra-ricos de los ultra-pobres, de modo que no comparten ninguna infraestructura común.

Gustavo: Están haciendo lo mismo en China, creo, y en Abu Dhabi, creo que también Brasilia fue planeada de esa manera, como una especie de ciudad perfecta.

Rob: Pero puedes ver como se caen. En lugares como Los Ángeles, donde la vivienda es muy cara en el centro, personas con profesiones como enfermeras, maestros, trabajadores no pueden permitirse el lujo de vivir allí, y el viaje lleva cada vez más y más tiempo. Así que deciden irse a vivir a otro lugar. Y así, la propia ciudad se convierte en una negación de su dependencia de ciertos grupos de personas, en los que prefiere no pensar. En esencia, esto no es sostenible. Otra cosa que le ha sorprendido a mucha gente es que en algunas ciudades ahora están tratando de privatizar a los bomberos. Así que tendrás que pagar u$s 200 al año para registrarse. Si estás sufriendo un incendio se comprueba si estás registrado, y si no lo estás se dejará que se queme. Incluso para algunos neoliberales esto es un poco chocante.

Felipe: Una difícil última pregunta. ¿Qué es el capitalismo hoy?

Rob: Veo que la acumulación y el crecimiento se convirtieron en fines en sí mismos, y la idea del mercado no regulado se convirtió en una ética. Está naturalizado. Las personas son conducidas a la aceptación o a resignarse a mayores niveles de disparidad. Por supuesto que no todos se lo creen, por ejemplo, hubo 55.000 protestas ambientales en China en 2012. La gente se dio cuenta de que pueden ser más ricos, pero si no pueden respirar, la riqueza no vale mucho. Así que existen todos estos focos de tensión que obligan a las personas a reconsiderar sus valores. Incluso las personas que podrían ser conservadoras en otros aspectos estarán generalmente a favor de un aire respirable.