Periodista, autora de Mal comidos. Cómo la industria alimentaria argentina nos está matando (Planeta)
En sus pocos años de vida la industria alimentaria tuvo un logro que parecía imposible. Hizo de una necesidad aparentemente finita –la necesidad de comer– algo ilimitado. Hizo de nosotros seres voraces y, para saciarnos, hizo del planeta un espacio de sobreproducción. ¿O fue al revés?: un día, gracias a la ciencia aplicada a la agricultura, se sobreprodujo tanto que hubo que empezar a buscar el modo en que las personas engulleran mucho más de lo que les convenía a fin de mantener saludable la economía. Como sea, lo cierto es que por día comemos entre 400 y 700 calorías más de las que nos convienen dentro de productos que no son ideados por cocineros sino por CEOs, químicos, psicólogos y publicistas que tienen por único objetivo que no podamos parar hasta terminarlos, y sigamos deseando eso que compramos una vez que se acaba.
La fórmula secreta detrás del éxito de la industria cuenta con texturas, aromas, colores que son estudiados minuciosamente, y la combinación de tres ingredientes ante los que sucumbimos sin pensar porque nuestro organismo agradece que los ingiramos: grasa, sal y azúcar (o sustancias todavía más dulces y nocivas como el jarabe de maíz de alta fructosa).
El problema son los problemas que nos trae aparejados este éxito en ventas: la obesidad, la diabetes, la hipertensión y un sinnúmero de enfermedades –consideradas actualmente pandemias– que crecen proporcionalmente a las ganancias de las corporaciones.
El daño sobre la salud colectiva es tal que en países como Estados Unidos altos ejecutivos de multinacionales están saliendo a hacer arrepentimientos públicos como los que hicieron los de las poderosas tabacaleras allá por los ’80. Lo que piden mientras piden perdón es que el Estado intervenga porque los consumidores no somos libres cuando abrimos un paquete: quedamos atrapados en eso que nos encanta.
Ir en contra de esa maquinaria que nos insta a comer no es sólo ir en contra de nuestros instintos y nuestra inducida adicción, sino ir en contra de la gran maquinaria de la publicidad internacional que hace décadas se dedica a contarnos qué nos conviene.»
De todo esto no se habló en la entrevista a Martín Caparrós.
Un comentario en “Lanata entrevista a Caparrós sobre la alimentación-Ya se olvidó de «Mal Comidos»”