BRUNO LATOUR. Imaginar el mundo después de Covid-19.
Desde el comienzo de la pandemia, y cuando conocimos las ideas que Bruno Latour expresó en su manifiesto[es un pdf] que se hiciera viral, sentimos que ponía en conceptos y en propuestas las ideas y preocupaciones que nos habían ganado y que necesitabamos volcar.
Percibíamos tanto como él, que la tragedia de la pandemia era planetaria, y que había logrado lo que tantas veces expresamos como sueños retóricos:
Que el mundo se detuviera, que la industria y las producciones se pusieran en pausa…
Entonces, era natural que nos dijésemos :
…si el virus logró este evento extraordinario, ¿por qué no podríamos cambiar el rumbo de nuestra sociedad cuando la pandemia terminase?..¿Se trataba de imaginar un mundo nuevo, un mundo mejor, tal como tantos soñadores, poetas y revolucionarios lo hicieran sin tener una oportunidad tan impresionante como esta que estamos ahora atravesando?
Por supuesto, y ahora nos lo dice Latour, «no somos los únicos que pretendemos aprovechar este momento de pausa planetaria. Están también los otros, aquellos que expresan oscuros intereses y que imaginan en la pospandemia un acrecentamiento de todos los procesos a escala que nos conducirían a males mayores o acaso a una tragedia cllimática.
Pero sentimos que debíamos expresar nuestra aspiración a ese cambio de rumbo y lo hicimos. Debo reconocer que lo hicimos con la esperanza de muchos nos acompañaran en el mismo empeño y por momentos imaginamos en poder multiplicar el tam-tam que anunciaría ese mundo mejor. No habíamos considerado la amargura, la confusión y el excepticismo que ha ganado en gran medida a los argentinos.
Sabemos que hay razones más que suficientes para ello, porque el populismo lo ha confundido todo en el plano de las ideas, y porque fuimos alguna vez derrotados por el Reino Unido, en una guerra que pretendemos olvidar, pero que nos pesa como un adoquin al cuello del llamado espíritu nacional…
La realidad con la que nos encontramos es la de muchos compañeros, que más que pensar en el desafìo de la pospandemia optaron por cuestionar la pandemia misma, y haciendo uso del espejo retrovisor cuestionar sus probables origenes.
En cierta medida nos dejaron solos y no me duele tanto ello como el encono amargo que se pone en afirmar que la pandemia es una farsa.
Se comparan muertos y mortalidades causadas por diversas enfermedades o se defienden con insistencia métodos y recursos alternativos como el dioxido de cloro o pociones homeopáticas, que, entiéndase, lejos estamos de negar, sino en la medida en que impiden acordar el propósito superior de que el mundo comience a caminar de otra manera. De hecho la situación actual no resulta alentadora, y a pesar de banderazos y manifestaciones diversas, lo que parece imponerse es una agenda ominosa de megacriaderos de cerdos,vacunaciones a cargo de Hugo Sigmnan, erradicación de todos aquellos que investigan la corrupción y por fin nuevas relaciones carnales ahora con China.
No sé si podremos cambiar el curso de las cosas, pero Latour nos alienta a pensar que de todas maneras, muchas cosas habrán de cambiar y que el final que preveíamos será en verdad una sucesión de catástrofes y de situaciones difíciles que habremos de enfrentar . No hemos perdido la contienda todavía. Queda mucho por reflexionar y esclarecer en la conciencia de todos.
Hoy nuestro activismo se asemeja a esa sumatoria de facciones y grupos de opinión fanatizados de que nos hablara Toni Negri. Debemos volver a ser pueblo y para ello Latour nos habla de fomentar la lateralidad y saber que las soluciones no vendran desde el Estado mismo.
Lo sabíamos y es como si ahora lo supiéramos un poco más todavía . Veamos el video y saquemos provecho de las reflexiones de un gran pensador, que por lo demás reconoce estar inspirado en Ivan Illich.//