¿Alguien sabe dónde puedo comprar un Kindle? Que NO sea ML

milipili peronista solicita:


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Lin Pao @pao_lin · Jun 11 Galería Jardín

Tiago Obligado @Biggyuyo · Jun 11 Creo que no hay aparato tecno en el que no sean más iguales entre si todos los modelos que el Kindle… 😆

milipili peronista @milipili_p Datazo! Porque hay mil modelos y estaba buscando las diferencias y no se ven a simple vista.

Tiago Obligado @Biggyuyo · Jun 11 Yo tengo uno hace como 10 años. Nunca noté diferencia con los más nuevos!! 🙄🤣 milipili peronista

@milipili_p Podés abrir PDF de los que son scaneados de fotocopias y no tienen reconocimiento de palabras? Porque es lo que más leo.

Tiago Obligado @Biggyuyo · Jun 11 Nunca me fijé… pdf de imagen… me genera dudas. Eso es mas bien para tablet. Tiago Obligado @Biggyuyo

· Jun 11 Imagenes se ven, como la tapa de los libros… pero no sé bien eso.


Si nuestro cuerpo es la llave…Repensemos la tecnología


Una parodia sobre el uso de la biometría para acceder a una cuenta bancaria.


Hay quien cree que usando biometría todo es más seguro, bastaría preguntarse seguro para quién:

Si no lo puede ver en el blog, visite la página donde está alojado el video
Video que muestra como hacerse una huella digital para fichar con ella.
Y vrios segmentos donde se corta una mano, un ojo, una cabeza, para burlar a la biometría.


Según los pronósticos y tendencias de este artículo de Página 12

«– Contraseñas humanas. Será la tendencia del año. Una vez más se le deberá a Apple la valentía (aunque no el invento) de aplicar la biometría (en su caso la huella dactilar) para bloquear y desbloquear su móvil iPhone 5S y para realizar compras. El paso va a ser seguido por otros fabricantes de móviles (Samsung ya lo ha anunciado), pero también se incorporará a otros aparatos y servicios.

Apple ha ido por libre, mientras empresas de la competencia apoyan la FIDO Alliance para la elaboración de unos estándares industriales aplicables a diferentes aparatos y marcas. Tantos años viéndolo en el cine, por fin será el año de la biometría para abrir móviles, puertas, ordenadores, coches. Según Ericsson Consumer Lab, al 52 por ciento de los dueños de un smartphone le gustaría aplicar su huella dactilar en lugar de una contraseña y el 48 por ciento se muestra interesado por el reconocimiento ocular para abrir su pantalla. El 74 por ciento cree que los smartphones biométricos se convertirán en tendencia este año. Adiós a las contraseñas de números y letras, bienvenido el dedo, el ojo o la voz.

»


No se de qué países son las personas que respondieron a esa encuesta.
En Brasil ya pasó que quemaron viva a una dentista para que liberara su dinero.
En algunos asaltos se le cortó el dedo a una persona porque no podían quitarle la alianza.
Si nuestro cuerpo es la llave, no podemos cambiarla. Si quieren robarnos la llave podrían cortarnos el dedo, la mano, etc. etc..

¿Nadie se cuestionó eso?
El autor de la nota parece que padece del complejo de Borg

Otro tema es el de adónde van todos esos datos, ¿quiénes sabrán cuáles son nuestras huellas digitales, nuestra retina, etc. etc..?

¿Vale la pena correr el riesgo de perder un dedo, un ojo, etc. por la comodidad de no recordar una contraseña?


Otro segmento del artículo:

«– Mediometría del cuerpo, en la salud y en el ejercicio. Los wearables, los accesorios para el cuerpo, de las gafas al reloj o las pulseras, son para algo más que para conectarse a Internet y recibir tuits. Juniper pronostica que será el año de los wearables resistentes al agua, pero también el de la medición continua de las constantes vitales del cuerpo, y no solo para el ejercicio físico. También aumentarán los parámetros medibles que se podrán cruzar, se hablarán, con el seguimiento de dietas o las prescripciones médicas.

Los wearables serán más y más promiscuos en camino hacia la ubicuidad universal. Según Gartner, en siete años va a haber 26.000 millones de aparatos conectados a Internet (al margen de smartphones y ordenadores) cuando en 2009 no pasaban de 900 millones. De esa marabunta de sensores, un 15 por ciento se dedicarán a la medición permanente del cuerpo, es decir, de la salud en tiempo real gracias a que los costes han bajado drásticamente. Sensores como los de MC10 se emplearán para controlar la temperatura de los bebés con la misma sencillez con que ahora se coloca una tirita.

Para el año 2016, en torno del 60 por ciento de los propietarios de smartphones confía, según Ericsson, en que los sensores serán utilizados en todos los ámbitos de la vida, desde la sanidad al transporte público, los coches, las casas o las oficinas.»


De nuevo, ¿quién tiene acceso a esos datos?. ¿Qué pasará con las prepagas si ven que nuestros hábitos no son muy saludables?

¿Y el resto de los datos?, ¿adónde van?, ¿qué más podrán saber sobre nosotros?
¿No es tiempo de rebelarnos contra todo esto? ¿De no dar alegremente todos estos datos que llegarán, seguramente, a todas las agencias de seguridad?


Siguiendo con la onda de humor:

Abrir una cuenta bancaria con nuestro DNA.


Relato de un robo en el Gran Buenos Aires:

«Hace pocas horas me sumé a la caprichosa lista de “víctimas de la inseguridad”, esa poderosa fuerza invisible que puede destruir una vida (o varias) en segundos y por la que nadie se hace cargo en lo que llamamos Argentina. Fue en Boulogne, en San Isidro, cuando dos muchachos -uno de ellos armados con el revolver a la vista- se avalanzaron sobre mi volkswagen Gol (digo un Gol y no un Mercedes Benz). Entraron, desesperadamente me pidieron mi teléfono celular que me habían regalado mis padres (le pedí el chip y accedió), el dinero que tenía (104 pesos, hay que ir con poco encima) y empezaron a revisar el auto.»

«En la fase final del robo, el delincuente que se sentaba a mi lado, en el asiento trasero, ya en un clima más “relajado” me dice que, “si voy a sacar algo de esto” en algún medio “que diga que él el fue uno de los 13 que se escapó del penal de Ezeiza hace poco. “Estuve 5 años adentro, ahora no me agarran más”, lanzó. Este no parece no ser un buen camino.

A los pocos minutos, el conductor-ladrón se corre a la banquina, me devuelven la billetera. “Nosotros somos ladrones buenos, de los viejos, con códigos. Cuidate que ahora los pibe están como locos y te queman por cualquier cosa. No se te ocurra pedirles el PIN que te disparan”, me aconseja el mandamás. “Gracias”, le ‘agradezco’. El otro me sonríe, me da la mano como si fuera mi amigo y se despide: “Vos te portaste bien, fue un placer trabajar con vos”. Enciendo el coche y vuelvo a mi casa. Se acabó.»

Blog de Diego Gueler